La eficiencia en el día a día de nuestro oficio como es la peluquería canina depende de la práctica en la aplicación de unas rutinas que nos facilitarán el proceso de corte de pelo.

Es muy importante que el perro esté de pie porque esa es la postura en la que el pelo cae de forma natural. Sin embargo, si el animal permanece sentado el manto toma un movimiento que no es el propio y la vista nos engañará pudiendo cortar ciertas zonas creyendo dejar la medida correcta. Formas que, con el perro levantado serán distintas, ya que el pelo cambiará en  volumen, proporción y posición.

Se agradece una morfología lo más “cuadrada” posible, es decir igual de largo que de alto ya que, visualmente, resulta más armónico y equilibrado. Un buen arreglo nos permitirá disimular un perro con patas cortas y cuerpo muy largo.

Antes de empezar, colocaremos el perro, lo posaremos correctamente y lo observaremos para situar donde están sus “defectos” y decidir dónde dejaremos más o menos pelo.

Hay que tener en cuenta que no se arreglan todos los perros por igual, aunque sean de la misma raza y se les realice el mismo corte, cada perro es un mundo con una anatomía y una morfología única.

El concepto de las tres dimensiones en peluquería canina

Debemos entender los arreglos en tres dimensiones, no se trata solo del perfil de una silueta, sino de un cuerpo con volúmenes, altura, largura y anchura.

Los ángulos deben apreciarse desde el perfil, de frente y en la posición de ¾, (se observan las 4 patas).  Por eso es muy importante que, a la hora de trabajar, tomemos distancia entre nosotros, las tijeras y el animal. Arreglarlo demasiado cerca no nos permite ver el global del perro y perdemos perspectiva. Nuestro brazo debe estar suficientemente estirado y, a momentos, retirarnos para observar cómo estamos dibujando sus formas.

Igualmente es necesario limpiar la mesa a menudo del pelo que vamos cortando. Si no lo hacemos perdemos contraste y no vemos bien las líneas del perro. Para facilitarnos la labor también es recomendable utilizar una superficie de un color distinto al perro.

El manto siempre debe estar en su posición natural, la misma posición que adquiere el pelo cuando el perro se sacude y el peine resulta herramienta indispensable para lograr este propósito. No apartaremos el pelo cortado del cuerpo del animal con la mano, las tijeras o soplando porque modificamos la superficie de corte. Únicamente colocaremos el pelo con el peine practicando el movimiento de batir. Cada vez que cortemos y quede pelo en el cuerpo lo apartaremos cuidadosamente con la varilla y colocándolo de nuevo.

Ya casi estamos: el arreglo

El arreglo de nuestro perro lo diferenciamos en dos pasos: marcar líneas y pulir.

Marcar líneas es crear el esbozo del arreglo en el mismo perro, esto nos llevará de 15 a 30 minutos. En esta parte del proceso no tomaremos atención en la definición del corte, solo buscamos realizar el arreglo en “bruto”, marcar las angulaciones del animal y decidir donde dejamos más o menos pelo.

Y ya en el pulido o finish nos dedicaremos a puntear y puntear, dejando el corte lo más liso y definido posible.

En nuestra peluquería canina Sami’s siempre buscamos la eficiencia en el corte de pelo de nuestros perros para tener unos resultados óptimos en nuestro trabajo. Si estás interesad@ en nuestros servicios puedes ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.